En la antigua Grecia se decía que cuando morías, tenías que pagarle a Caronte, el barquero del infierno, para que te ayudara a cruzar el Aqueronte, uno de los ríos del mundo de Hades. Esa es la historia en que se basa El barquero de almas, en el que hay alguien que te acompaña en tu camino hacia donde debes llegar después de la muerte, solo que esta vez no se trata de un río, si no de un largo camino por un páramo, donde hay espectros esperando cualquier error para apoderarse de las almas que lo cruzan.

La protagonista, Dylan, se sube a un tren para conocer a su padre luego de muchos años de ausencia. Va con la esperanza de encontrar su lugar, ya que no se siente muy comprendida por quienes la rodean, sobre todo en el colegio, donde realmente no tiene amigos. Pero en el camino hay un accidente, y cuando despierta, está sola. Ella cree que es la única sobreviviente del choque, pero no todo es como parece.

Cuando sale del tren se encuentra con Tristan, un joven que le pide que la siga, ya que él sabe hacia donde tienen que ir. Lo que no sabe es que él la está llevando a donde van todas las almas luego de morir. Él ha hecho este camino miles de veces, pero hay algo distinto en el alma de Dylan. Y el viaje los unirá de una forma en que ninguno pensaba que podría suceder. 

Dylan asume su nueva situación de una forma que Tristan nunca había visto, y se enfoca en conocer a su único compañero, quien nunca había sentido que alguien se interesara por él. Así se comienzan a dar cuenta que son exactamente lo que el otro necesita. Pero el destino no es tan fácil de sortear. Tristan es un barquero y ella es una más de las almas que debe cuidar, en este mundo no hay excepciones, o al menos eso cree.

Más que un libro paranormal o basado en la leyenda, este es un libro de romance juvenil, con varios clichés clásicos de este género, lo que hicieron que no fuera realmente algo novedoso. En muchos momentos sentí que se estaba perdiendo el potencial de la historia, ya que, al hablar de la muerte, podría haber tratado muchos temas. Finalmente, lo que vemos es cómo el lugar al que pertenecemos puede ser una persona y que podemos luchar por permanecer a su lado. 

Los personajes son bastante típicos también. Está la joven que es distinta a las demás y que no se siente comprendida, mientras que su interés romántico es inmortal e inalcanzable. Lo interesante era su interacción, ya que se conocen haciendo un viaje lleno de peligros y porque al lugar al que ella va está prohibido para Tristan, por lo que su camino los lleva inevitablemente a un final trágico.

Quizás yo ya no soy el público al que va dirigido este libro, porque creo que a muchos les ha gustado bastante. Yo lo recomendaría para un público más joven (la protagonista tiene alrededor de 15 o 16 años) y que disfrute del romance, ya que creo que si lo hubiera leído a esa edad me habría gustado mucho más. El romance es trágico y apasionado, todo lo que uno busca en una historia de este tipo.