La isla del cazador de J. L. Flores es un libro middle grade (para pre adolescentes) que nos cuenta la historia de dos jóvenes detectives que, en el año 1935, viajan al sur de Chile para investigar la desaparición del profesor Mateo Santa Cruz. Es este viaje el que los llevará hasta extremos innimaginados, que crearán una historia entretenida y con mucha acción.

Los protagonistas de la historia son Emanuel y Marcel Quezada, los detectives más jóvenes de QYQ Investigaciones. Ambos tienen distintas formas de acercarse a su investigación, pero a la vez se han preparado y estudiado mucho para lograr llegar al fondo del misterio. En muchos momentos uno podría pensar que no hablan o se comportan como niños, pero en realidad yo siento que eran niños intentando parecer adultos responsables, a pesar de no serlo por completo. Eso le da un matiz un poco más entretenido a la historia, lo que hace que sea muy fácil de leer.

Además, es muy interesante que la investigación se desarrolle en el sur de Chile, eso nos ayuda a aprender un poco de las costumbres y la historia del lugar, además de unirlo con la historia universal, lo que crea un espacio educativo y, sin convertirse en un libro informativo, toca estos temas mientras la acción no se detiene.

El único tema que no logró convencerme, es que en muchos momentos el narrador, que es Marcel, trata a muchas personas de manera despectiva por su peso. Siento que el autor quizás lo uso como recurso para demostrar el lado infantil del personaje, apelando a su corta edad, pero no creo que eso lo justifique, porque lo que queremos es que los más jóvenes no traten a lo demás así, o se sientan menos importantes a leer que a todos los personajes del libro que tienen más peso, los llaman de cierta manera.

Fuera de eso, el libro es bastante entretenido y se podría convertir en un muy buen punto de inicio para niños y jóvenes que están empezando a leer libros un poco más largos, porque la historia es intrigante y existen muchos puntos en que aparecen nuevos misterios por resolver.